LA CASA RURAL. EL LUGAR
LAS PERSONAS
“Casa Solariega Inacabada”. Así es como figura el más antiguo de los documentos que hacen referencia, a este edificio del siglo XVIII en la que las labores de bodega fueron fundamentales desde el primer momento. Tres siglos después es ya un lugar para el descanso y para el encuentro finalmente acabado que te abre las puertas para descubrir el encanto que envuelve a Elvillar y surge a borbotones de sus dólmenes y de esa manera vuelvas a descubrirte a ti mismo y a quienes forman parte de tu universo más íntimo. Todo lo que encontrarás ha sido diseñado para ello.
Rioja Alavesa
Elvillar se sitúa en una de las cotas más elevadas de Rioja Alavesa, enclave singular de una Denominación de Origen a la que aporta viñedos históricos que construyen a su alrededor un espectacular paisaje, trazado sobre barrancos y terrazas de suelo arcilloso y calcáreo que puedes recorrer para vivir algo único.
En ese entorno podrás asomarte al pasado más remoto de la comarca, por la que se reparten lagares rupestres que revelan su íntima relación con el mundo del vino y dólmenes que sirvieron para establecer el nexo vital entre sus antiguos habitantes y el universo, a través de los sueños. Al dolmen de la Txabola de La Hechicera, podrás llegar desde Casa Robla, a través de un sendero que resguardan las viñas. Es uno de los más importantes y mágicos de Euskadi, hilo directo con un legado que verás estampado en su cielo.
SOSTENIBILIDAD/ACCESIBILIDAD
Fue una bodega y esa bodega adapta todos sus elementos (prensa, lagos y calados) para que vivas una experiencia inolvidable donde se elaboraron miles y miles de litros de vino a los pies de Sierra Cantabria. Consciente de que tu estancia apenas dejará una mínima huella de carbono, de que sus instalaciones apuestan por la energía renovable y de que su diseño te permitirá llegar a casi todos sus rincones porque prima en él el principio de accesibilidad.
Tradición
EL SECRETO DE TU ELECCIÓN ES UNA FIESTA
Dice la Real Academia de la Lengua que Robla es la “comida con que se obsequia al terminar un trabajo”. Toda una fiesta. En nuestro caso, también el espacio que ponemos a tu alcance para que celebres aquello que te hace sentir feliz al lado de los tuyos. Parando en seco a las manecillas del reloj y aparcando por unos días la exigencia del trabajo.
La casa, cuentan los paisanos, fue conocida de suyo como ‘El Cabaret’. Ahora es tuya.
HABITACIONES
DESCANSO
Uno: LA HECHICERA
Dedicada a quien cuenta la leyenda que moró en el dolmen levantado, hace más de 5.000 años, a un puñado de metros de nuestra casa, constituye la puerta de entrada a un espacio acogedor y plácido, repleto de detalles, juegos de profundidad y, por supuesto, magia.
Dos: EL ENCINAL
Como en la construcción prehistórica que le da nombre, la madera de la zona se convierte en elemento protector de un refugio exclusivo para quienes quieren reencontrarse con la naturaleza desde un rincón luminoso que criba la luz a través de sus ventanas.
Tres: LOS LLANOS
Sobre el plano de la habitación, una cama iluminada por el aluvión de luces que se desparraman desde el balcón sobre su colcha. Y requiebros cromáticos en el rincón más íntimo para constatar, de vuelta a la silla que ayuda a medir el tiempo, que el blanco es más blanco aún.
CUATRO: EL ALTO DE LA HUESERA
Al corazón del dolmen que lleva tal denominación se llega a través de un corredor que conserva y protege su estancia central, y secretos del pasado que se manifiestan como los azulejos que sirven de cabezal a la cama, centrando la mirada en la atracción de su geometría.
CINCO: SAN MARTÍN
Ninguna construcción neolítica ayuda a conjugar como ninguna otra los verbos de pasado y de presente, porque el chozo que comparte localización se apoya sobre su túmulo. Tal y como sucede en este cuarto, que se abuhardilla bajo la cubierta y respalda el cabezal de la cama sobre el alicatado estelar rescatado de la antigua Casa Robla.
SEIS: EL SOTILLO
Repleta de recovecos, también al corazón de la sexta habitación del complejo se llega a través de un corredor donde se entrelazan las luces frías y cálidas, y se muestran sin complejos para generar un ambiente singular, que ayuda a encontrar descanso mirando a los cielos que se asoman a través de su claraboya, otro destello más.
SIETE: LAYAZA
Lo esencial, resguardado entre cuatro paredes que se disparan hacia el cielo, como lo hizo este punto concreto de la iconografía prehistórica de Sierra Cantabria, por el lucernario que deja entrever la Torre de la Iglesia de la Asunción y lleva al centro neurálgico de la estancia luz limpia, recién creada cada mañana.
OCHO: EL MONTECILLO
Curiosamente, el Dolmen del Montecillo sirvió de referencia visual a los paisanos de la zona por la elevación que provocó la construcción megalítica, a pesar de estar a las faldas de Sierra Cantabria. También lo es en la última de las habitaciones de la casa, que ofrece al huésped un refugio repleto de recovecos para sentirse en un espacio único.
ARQUITECTURA Y PROCESO CREATIVO
Casa Robla es fruto de una profunda y minuciosa rehabilitación integral de una antigua bodega y casa solariega cuya fecha de construcción original data del siglo XVIII.
El proyecto y la dirección creativa, llevados a cabo por los arquitectos David D Iriondo y Beatriz Lacasa, pretenden establecer un diálogo entre la arquitectura vernácula tradicional y la contemporánea.
La artesanía, la belleza de lo imperfecto y el concepto de economía circular “cradle to cradle” han sido los principios generadores del proceso creativo, desde el diseño de los espacios hasta el del mobiliario.
La planta baja es el área social de la casa, allí se encuentran los espacios ocupados por la antigua bodega, donde se han conservado la prensa, los lagares, los calados subterráneos... poniendo en valor la construcción tradicional con sus característicos muros de mampostería.
En las plantas superiores se ubican los dormitorios.
La premisa estética: el “silencio visual”. Espacios monocolores que evocan una atmósfera casi monástica: materiales naturales, tonos cálidos, líneas puras, arquitectura sincera... la casa como santuario.
PROMOCIONES ARTUM XXI, S. L., quiere dar un paso más y ahora apuesta por las energías renovables, ya que para la producción de sus productos emplea una gran cantidad de energía eléctrica. Para dar cumplimiento a este compromiso medioambiental, hemos realizado una instalación fotovoltaica para autoconsumo 18,45 Kw. El objetivo principal del sistema solar fotovoltaico, es el de generar energía en la propia casa. La energía fotovoltaica es una energía limpia que no produce emisiones de Gases de Efecto Invernadero, donde el sector energético es responsable de más de dos terceras partes. Por todo esto es justo asegurar que esta tecnología contribuye activamente al cambio del modelo energético haciéndolo más eficiente y sostenible. Esta actuación se ha realizado gracias al apoyo público de los Fondos dela Unión Europea con la aceptación del ayuda dentro de la Primera Convocatoria de Ayudas a inversión en instalaciones de generación de energía eléctrica con fuentes de energía renovable en la Comunidad Autónoma del País Vasco cofinanciadas con Fondos Next Generation que ha proporcionado una ayuda con un importe de 3.869,57 €.